Es enero de 1942 e ingresa a la casa octavina un joven de 20 años, cuyo nombre es un recuerdo latente hasta el día de hoy. Se trata de don Luis Bravo Menadier, quien a la postre llegaría a ser Capitán de Compañía, y es en su periodo como Capitán que se convierte en uno de los propulsores para la creación de la Brigada Juvenil, dando vida a esta el día 8 de abril de 1956, la que en su honor lleva su nombre.
Debido a sus indiscutibles dotes de profesor, le resultó fácil y agradable trabajar con jóvenes o más bien dicho con niños, que, pese a no tener conocimiento dada su minoría de edad, tenían muy interiorizado los valores fundamentales para el trabajo y labor bomberil. Valores tales como el compañerismo, trabajo en equipo, amor por el prójimo, servir a la comunidad, resiliencia, perseverancia, constancia, compromiso, disciplina, entre otros valores, que fueron, son y serán siempre importantísimos para todo aquel joven que quiera ser parte de las filas de la Brigada Juvenil.
Este proyecto no hubiese sido posible de realizar sin los instructores fundadores, los señores Alfaro, Echeñique y Miranda. Hombres que, con esfuerzo, dedicación y entrega, encaminaron a un grupo de diez niños; entre ellos, dos de nuestros voluntarios insignes, Don Julio Vera Alvarado y Don Francisco Francisco Francisco. Gracias a este proyecto, de la Brigada Juvenil, han salido grandes oficiales de Compañía, buenos bomberos voluntarios, y por sobre todo grandes personas, que sin duda gracias a su paso por la Brigada son las personas que son el día de hoy.
Josefa Baeza Monsalve.
Ayudante Brigada Juvenil, "Capitán Luís Bravo Menadier".
Santiago, 2016.